jueves, 9 de diciembre de 2021

ROMANCERO: El Conde Olinos

 


                                                  Madrugaba el conde Olinos,

mañanita de San Juan,

a dar agua a su caballo

a las orillas del mar.


Mientras el caballo bebe

canta un hermoso cantar:

las aves que iban volando

se paraban a escuchar;

caminante que camina

detiene su caminar,

navegante que navega

la nave vuelve hacia allá.



Desde la torre más alta

la reina le oyó cantar:

-Mira, hija, cómo canta

la sirenita del mar.

-No es la sirenita, madre,

que esa no tiene cantar;

es la voz del conde Olinos,

que por mí penando está.

-Si por tus amores pena

yo le mandaré matar,

que para casar contigo

le falta sangre real.

-¡No le mande matar, madre;

no le mande usted matar,

que si mata al conde Olinos

juntos nos han de enterrar!

-¡Que lo maten a lanzadas

y su cuerpo echen al mar!

Él murió a la media noche;

Ella, a los gallos cantar.

A ella, como hija de reyes,

la entierran en el altar, 

y a él, como hijo de condes,

unos pasos más atrás.

De ella nace un rosal blanco;

de él, un espino albar.

Crece uno, crece el otro,

los dos se van a juntar.

La reina, llena de envidia,

ambos los mandó cortar;

el galán que los cortaba

no cesaba de llorar.

De ella nacería una garza;

de él, un fuerte gavilán.

Juntos vuelan por el cielo,

Juntos vuelan par a par.

MADRIGAL, Gutierre de Cetina

  Ojos claros, serenos,  si de un dulce mirar sois alabados ¿por qué, si me miráis, miráis airados? Si cuanto más piadosos, más bellos parec...