jueves, 23 de enero de 2025

SONETO CCCLXIII, PETRARCA

 Muerte ha extinguido al sol que me ofuscaba

y en tinieblas sus ojos ha dejado1
olmo es, y roble, el lauro marchitado2
tierra quien me ardía y me enfriaba:

que es bueno sé, mas mi dolor no acaba.
Falta quien haga tímido y osado   
mi pensamiento, y frío y caldeado:
quien de esperanza y duelo me colmaba.

Lejos de aquel que igual hiere que cura 3,
y que en mi pecho abrió tan honda herida,
mi libertad es gozo y amargura,

y vuelvo con el alma agradecida
al que gobierna la celeste altura,
ya muy cansado, y harto de la vida.

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