miércoles, 19 de febrero de 2025

OTELO, Shakespeare

ACTO V

ESCENA II

 Entra OTELO con una lámpara. DESDÉMONA acostada.

OTELO

Tal es la causa, tal es la causa, alma mía

Que yo no os la nombre, castas estrellas.

Tal es la causa. Mas no he de verter esta sangre

ni herir esta piel, más blanca que la nieve,

más lisa que alabastro de sepulcros.

Pero ha de morir o engañará a más hombres.

Apaga la llama y después apaga su llama.

Podría extinguirte,

y después devolverte la luz anterior

si fuese a arrepentirme. Mas, muerta tu llama,

criatura perfecta de la naturaleza,

no sabría dónde hallar el fuego

que te diera nueva luz. Si arranco tu rosa

no puedo hacer que reviva; por fuerza

se marchitará. La oleré en el rosal.


La besa.


¡Ah, aliento fragante, que tienta a la justicia

para que rompa su espada! ¡Otro, otro!

Cuando hayas muerto sigue así, que yo te mataré

y te querré por siempre. ¡Otro más, el último!

Lo grato nunca fue tan mortal. Me hace llorar.

Pero es llanto cruel. La pena es divina:

hiere lo que ama. Está despertando.


DESDÉMONA

¿Quién es? ¿Otelo?

OTELO

Sí, Desdémona.

DESDÉMONA

¿No te acuestas, señor?

OTELO

¿Has rezado esta noche, Desdémona?

DESDÉMONA

Sí, mi señor.

OTELO

Si te queda algún pecado

que no haya alcanzado la gracia del cielo,

ruega su perdón.

DESDÉMONA

¡Dios santo! ¿Qué quieres decir con eso?

OTELO

Vamos, reza y no tardes. Mientras, me retiraré.

No quiero matar tu alma si no está

preparada. ¡No lo quiera Dios! No voy a matarla

DESDÉMONA

¿Hablas de matar?

OTELO

Sí, eso he dicho.

DESDÉMONA

Pues que el cielo se apiade de mí.

(...)

OTELO

¡Mmm!

DESDÉMONA

Sin embargo, me asustas, pues eres temible

con esos ojos de fuego. Por qué tengo miedo

no sé, si no tengo culpa; pero siento miedo.

OTELO

Piensa en tus pecados.

DESDÉMONA

Son amores que te doy.

OTELO

Pues por eso has de morir.

DESDÉMONA

Matar por amor es dar muerte cruel.

¡Ah! ¿Por qué te muerdes el labio?

Alguna violencia conmueve tu cuerpo.

Son presagios. Sin embargo, espero,

espero que no irán contra mí.

OTELO

¡Calla y escucha!

DESDÉMONA

Bien, ¿qué ocurre?

OTELO

A Casio le has dado aquel pañuelo

tan querido que yo te regalé.

DESDÉMONA

¡No, por mi vida y mi alma!

Mándale llamar y pregúntale.

OTELO

Guárdate, alma mía, guárdate

del perjurio. Estás en tu lecho de muerte.

DESDÉMONA

Pero aún no he de morir.

OTELO

Sí, ahora mismo; conque confiesa

abiertamente tu pecado, pues negar

con juramentos cada cargo no puede

destruir ni ahogar la convicción

que me atormenta. Vas a morir.

DESDÉMONA

¡Que Dios se apiade de mí!

OTELO

Pues, amén.

DESDÉMONA

¡Apiádate tú también! Jamás

he pecado contra ti; jamás sentí por Casio

nada más que el afecto común

que Dios permite. Jamás le di prenda.

OTELO

¡Por Dios, le vi el pañuelo en la mano!

¡Ah, perjura! Me pones de piedra el corazón

y vuelves crimen mi propósito,

cuando yo lo creía sacrificio.

Le vi el pañuelo.

DESDÉMONA

Él lo encontraría. Yo no se lo di.

Mándale que venga y confiese la verdad.

OTELO

Ya ha confesado.

DESDÉMONA

¿Qué ha confesado?

OTELO

Que habéis tenido trato.

DESDÉMONA

¿Cómo? ¿Carnal?

OTELO

Sí.

DESDÉMONA

No puede decir eso.

OTELO

No, le han cerrado la boca.

Se encargó el honrado Yago.

(...)

DESDÉMONA

¡Ah, le han engañado y yo estoy perdida!

OTELO

¡Calla, zorra! ¿Le lloras en mi cara?

DESDÉMONA

¡Ah, destiérrame, señor, mas no me mates!

OTELO

¡Muere, zorra!

DESDÉMONA

¡Mátame mañana! ¡Esta noche no!

OTELO

Como te resistas…

DESDÉMONA

¡Sólo media hora!

OTELO

Empezar es acabar.

DESDÉMONA

¡Que rece una oración!

OTELO

Demasiado tarde.

  

La ahoga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

FÁBULA: "El burro flautista", Iriarte

  Esta fabulilla, salga bien o mal, me ha ocurrido ahora por casualidad.     Cerca de unos prados  5 que hay en mi lugar, pasaba un borrico ...