Un filósofo dijo y en su libro se anota:
con pesar y tristeza, el ingenio se embota.
Yo, con pena tan grande, no puedo decir gota
porque Trotaconventos ya no anda ni trota.
Así fue, ¡qué desgracia!, que mi vieja ya es muerta,
¡grande es mi desconsuelo! ¡murió mi vieja experta!
No sé decir mi pena, mas mucha buena puerta
que me ha sido cerrada, para mí estaba abierta.
¡Ay muerte! ¡Muerta seas, bien muerta y malandante!
¡Mataste a la mi vieja! ¡Matases a mí antes!
¡Enemiga del mundo, no tienes semejante!
De tu amarga memoria no hay quien no se espante.
Muerte, a aquel que tú hieres arrástraslo, cruel,
al bueno como al malo, al noble y al infiel,
a todos los igualas por el mismo nivel;
para ti, reyes, papas, valen un cascabel […]
Dejas el cuerpo yerto a gusanos en huesa,
el alma la separas del cuerpo con gran priesa,
no está el hombre seguro de tu carrera aviesa,
de hablar sobre ti, muerte, espanto me atraviesa […]
Enemiga del bien, al mal tienes amor,
Estás hecha de gota, malestar y dolor;
El sitio en que tú moras, aquel es el peor;
Donde no estés presente, aquel es el mejor […]
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